miércoles, 21 de noviembre de 2012

Torres del Sueño

A día de hoy sigue siendo un misterio cual fue su uso real, se dice que fueron tumbas, templos del sol, observatorios astronómicos, torres del silencio, o torres del sueño. 


Hacia el 1700 a.C., toda la isla de Cerdeña estaba repleta de estos elementos megalíticos, hasta tal punto que se calcula que en algún momento existieron cerca de 10000 ejemplares. En relación con la superficie de la isla, 0,40 por cada km2. O lo que es lo mismo, 1 cada 1600 metros. En la actualidad su número es mucho menor, y contando las construcciones que quedan enterradas, siguen quedando unos 3000 elementos.
Cerdeña_ubicación nuraghes
El NURAGHE es el estandarte de la civilización que lleva su nombre, la nuraghica. Una cultura que se desarrolla durante la edad de Bronce media, prolongándose hasta el siglo II, coincidiendo con las primeras invasiones por parte del Imperio Romano.
La isla, que cuenta con una localización estratégica en el Mediterráneo, ha sufrido numerosas invasiones y ataques por parte de muchos pueblos de navegantes, razón por la cual, los primeros habitantes siempre tendieron a refugiarse en el centro de la isla.
La definición que más podría acercarse a la realidad sería la de “torre-fortaleza”. Su posición se repite siempre, en la cima de pequeñas elevaciones o promontorios, decorando la totalidad del paisaje rural de Cerdeña, pero teniendo como objetivo primordial la seguridad y la perfecta visibilidad del entorno. De ahí la teoría más extendida, que resalta su valor defensivo, aunque también pudieran entenderse como elementos salientes dentro de una pequeña aldea construida a su alrededor.

A lo largo de la isla, aparecen numerosos ejemplos distintos de construcciones nuraghicas, desde las más simples donde tan sólo aparecería una torre, hasta las ya comentadas pequeñas (y no tan pequeñas) urbes, pasando por las torres de más de una planta, completándose con estancias con ventanas, situadas en los muros de la propia torre. 



Las dimensiones varían, pero un elemento singular, suele tener un diámetro en su base en torno a los 10 metros, construido siempre con grandes piedras colocadas unas sobre las otras a presión, reduciendo su abertura en dirección a la cumbre.

Estas construcciones han llegado hasta nuestros días en muy distintos niveles de conservación. Quizás por el hecho de estar tan difundidos, el nuraghe a pesar de ser un símbolo de Cerdeña, es también el gran olvidado. Sólo algunas de las piezas mayor tamaño cuentan con un sistema de protección, y unas infraestructuras que filtran y ordenan el tránsito de los posibles visitantes.
(1y2)Nuraghe Barumini, (3)Nuraghe San Marco y (4) Nuraghe di Seruci

Muy probablemente pase lo mismo en personas que vivan en ciudades con mucha historia, que la monotonía perjudica al resto histórico, arqueológico o arquitectónico, hasta tal punto que, el viandante pasa por delante de la obra sin prestar atención prácticamente, haciendo caer en el olvido una parte de historia.

Existen varios restos arqueológicos que ejemplifican a la perfección la situación que se vive actualmente en la isla. Elementos que requieren de una actuación arquitectónica que ayude a su reconocimiento, invadiendo lo menos posible su espacio, un trabajo de cirujano como puede ser el del restauro de un edificio, o de acupuntura como muchas veces se ha nombrado a este tipo de actuaciones.

Tras este análisis, se agolpan las ideas para reactivar éstas “fábricas de miradas”, que en su día mantenían conectados a pueblos y ciudades de la isla.
Es muy interesante esta conexión visual que se mantiene con el entorno, a la vez que la elección del lugar de cada una de estas “torres vigías” y por último la diversidad de tipologías y conservación con las que nos encontramos, por lo tanto, en cuanto a pensar en una intervención, son condiciones a tener muy en cuenta.
El nuraghe, como ya hemos explicado es un símbolo para la propia isla, por lo que consideramos que la intervención debería resaltar estas construcciones sin hacerse notar, dejando que el lugar se explique por si mismo, ayudando a la conservación, tanto de los restos arqueológicos como de la memoria de éstos.
 Dividimos en dos el tipo de actuaciones, debido al estado de conservación del nuraghe, ya que hay en ocasiones que sólo se conserva el lugar, es decir el promontorio en el que estaba situado, acompañado de preexistencias escasas y cubiertas de vegetación, y otros casos en los que es posible identificar perfectamente la estructura e incluso recorrerlo.
En el primer caso, la intervención se limita a insinuar la huella borrada por el tiempo y a la vez activar estos espacios de memoria, como pequeño espacio público, cercano al pueblo y localizado en un  espacio privilegiado en su entorno.
En el segundo caso se propone una intervención más sensible con los restos arqueológicos, de manera que se traza un recorrido que se entrelaza guíando ligeramente a través de las estructuras, y en el que, en ocasiones se eleva para respetar los restos y en otras puede recorrerlos.
 El instrumento utilizado como HUELLA en ambas intervenciones es el cambio de pavimento, que no sólo resuelve el problema de accesibilidad si no que proporciona una continuidad al conjunto y se propone como un elemento aplicable a todos los conjuntos de la civilización nurághica que aparecen en la isla.








1 comentario:

  1. Cuando he visto estas construcciones me han recordado a los talayot de Menorca, que está muy cerca de Cerdeña:
    http://www.spanisharts.com/arquitectura/imagenes/prehistoria/talayots.html
    En esta página pueden observarse las similitudes con las construcciones de vuestra isla.

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